Los gobernadores del PAN se alían para hacer contrapeso al gobierno de AML

Los mandatarios panistas constituyeron formalmente una asociación civil con la cual, dicen, unirán esfuerzos para exigir un trato recíproco por parte el Ejecutivo federal.

https://politica.expansion.mx/estados/2019/08/30/los-gobernadores-del-pan-se-alian-para-hacer-contrapeso-al-gobierno-de-amlo

miércoles, 9 de mayo de 2018

SIN MARGEN PARA EXPROPIACIONES


por  Guillermo Fabela Quiñones

El saqueo de los bienes de la nación por la minoría que piensa y actúa como si sólo sus integrantes tuvieran derechos “naturales” sobre el resto de la población, ha sido de tal magnitud que se les están revirtiendo sus consecuencias económicas y sociales. Por eso la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) propuso un incremento inmediato del salario mínimo y así lo comunicó a los candidatos a la presidencia de la República. El único que aceptó fue Andrés Manuel López Obrador, quien ahora no fue tildado de “populista”.

 
Se empiezan a dar cuenta los pocos beneficiarios del modelo neoliberal que seguir por la ruta de la explotación inmisericorde de los asalariados, está reduce aceleradamente las posibilidades de ampliar el mercado interno y dinamizar la economía interna. Aunque en el fondo se trata de una postura electorera que no tuvo la respuesta esperada, pues sus candidatos, José Antonio Meade y Ricardo Anaya no abrieron la boca, el bajo nivel de consumo de los trabajadores es un tema que ya preocupa seriamente al empresariado.

Sin embargo, lo que más los comienza a mortificar es un tema que ha estado cobrando fuerza a medida que se afianzan las posibilidades de una victoria imposible de escamotear al abanderado de la coalición Todos por México. Aunque se sacó a colación fuera de contexto, el asunto de las expropiaciones es algo que al sólo escuchar la palabra pone al borde de una crisis nerviosa a las cúpulas del poder económico. Es oportuno señalar que no existen condiciones objetivas para dar un paso así, a pesar de los abusos y robos contra la nación cometidos por la mafia del poder, sobre todo en el actual sexenio.

Para lo que sí sobran es para poner fin a tanta ratería y corrupción, porque de continuar como hasta el momento los resultados serían fatales, no sólo para las clases mayoritarias sino para miles de empresarios que no pertenecen a la reducida élite que se benefició con las mal llamadas reformas estructurales, que no son otra cosa que auténticos latrocinios cuyas consecuencias empiezan a dañar a la economía en su conjunto, con la obvia excepción de la reducida minoría beneficiada con las privatizaciones y la venta de garaje de los bienes de la nación.

Esta élite excluyente quisiera seguir contando con un operador leal y disciplinado en Los Pinos, como hasta ahora a partir de que la tecnocracia apátrida llegó al poder. Pero está visto que de continuar así, sin que México cuente con un jefe del Ejecutivo como lo mandata la Constitución, la inmensa mayoría de la ciudadanía sale perjudicada. Porque no hay duda de que sin equilibrios mínimos aceptables no hay estabilidad posible, ni en lo económico ni tampoco en lo político. En la actualidad, desde hace treinta y cinco años, no existen y los resultados están a la vista.

El Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), en su reporte más reciente señaló que sólo 3.4 por ciento de los que tienen trabajo reciben “un ingreso de bienestar”, contra 20.6 por ciento que vive en la precariedad. El dato más revelador es que sólo 531 mil personas tienen percepciones por arriba de los 26.5 mil pesos mensuales. Obviamente, las cifras se reducen a medida que las percepciones son más abultadas, al extremo de que menos de 1 por ciento recibe más de lo que un 95 por ciento de la población restante. Mayor desigualdad es no sólo alarmante sino inconveniente bajo cualquier punto de vista.

Aun así, no hay margen para expropiaciones como en el pasado, por la sencilla razón de que tendrían resultados negativos para la sociedad. Con todo, esto no significa que la minoría beneficiada con las privatizaciones tengan derecho a seguir abusando, aprovechando que México no cuenta con un mandatario que cumple sus responsabilidades constitucionales, sino un simple operador que se dedica en cuerpo y alma a proteger y engrandecer los intereses de las cúpulas del poder económico.


Así lo demuestra su soberbia, su desenfado para exigirle al ocupante de Los Pinos que obedezca sin chistar sus instrucciones, pues de no hacerlo amenazan con sus chantajes aberrantes, como sacar sus capitales del país, no invertir más y presiones por el estilo, a sabiendas de que se saldrán con la suya, por eso ocupan un sitio de privilegio en la pirámide del poder en el país. ¿Acaso la organización nazi, Mexicanos Primero, no es lo que hace todo el tiempo, no obstante los extraordinarios beneficios recibidos en los últimos tres sexenios? ¿Es falso que sus ambiciones llegan al extremo de pretender suplantar a la Secretaría de Educación Pública, lo cual han conseguido en buena medida con la aprobación de la reforma educativa?

De ahí que les provoque urticaria y profundos malestares digestivos el solo pensar que pueda llegar a Los Pinos un jefe del Ejecutivo a quien no puedan dar órdenes y gritonear cuando quieran. Por eso están dedicados a crear un clima de animadversión contra el único que podría cumplir su papel de presidente de la República con dignidad y patriotismo: Andrés Manuel López Obrador, campaña de odio y terror a la que ahora suman la especie absurda de las expropiaciones.

Se han acostumbrado de tal modo a su condición de señores feudales que consideran un ataque el hecho de que sea imprescindible rescatar el Estado de derecho, como un paso ineludible para frenar la terrible descomposición del tejido social en el país. No habrá expropiaciones por la sencilla razón de que no existen condiciones objetivas, por la fuerza incontrastable de la dependencia económica de México. Pero sí las hay para construir a marchas forzadas, con el apoyo de la sociedad, una democracia participativa sólida y con futuro.