En poco menos de un mes, Andrés Manuel López Obrador logró poner prácticamente a todos los empresarios importantes del país en su contra.

En los dos últimos días, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia chocó de frente con la cúpula más poderosa de hombres de negocios de México: el Consejo Mexicano de Negocios (CMN), que encabeza Alejandro Ramírez y que agrupa a un selecto grupo de los más poderosos empresarios de México.

Y no sólo eso, además, el candidato presidencial de Morena acusó a los empresarios de la CMN de ser una minoría rapaz y convenenciera.

En consecuencia, López Obrador provocó la solidaridad abierta con el CMN de las más importantes cúpulas empresariales: el Consejo Coordinador Empresarial, la Coparmex y la Concamin que presiden Juan Pablo Castañón, Gustavo de Hoyos y Francisco Cervantes.

Previamente, el autoproclamado líder del movimiento social más grande del mundo había puesto nerviosos a los banqueros.

Durante la pasarela que organizaron, López Obrador amenazó con “soltar al tigre” en caso de que le hagan fraude en las elecciones.

Días después, con motivo de su oposición a la continuación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, López Obrador ya había provocado la inconformidad del hombre más rico de México: Carlos Slim; de los hoteleros, agremiados en la Confederación Nacional Empresarial Turística (CNET) de Pablo Azcárraga y la industria aeronáutica representada por Canaero, presidida por Sergio Allard, la IATA y todas las organizaciones sindicales de aviación.

EL COMPLOT
El martes pasado, el candidato de Morena acusó a varios poderosos hombres de negocios de estarse confabulando en su contra y a favor de Ricardo Anaya.

De inmediato, en distintas entrevistas el dirigente del CMN respondió que nunca se ha realizado reunión alguna como la que menciona López Obrador y calificó de ofensivas y calumniosas sus declaraciones.

Ayer, el Consejo Mexicano de Negocios publicó un desplegado en distintos diarios de circulación nacional.

La poderosa organización lo tituló, con una frase contundente dirigida a Andrés Manuel López Obrador: “Así no”, para inconformarse por las declaraciones ofensivas y calumniosas, expresadas por el candidato de Morena, en días pasados desde Zongolica, Veracruz.

El texto es conciso y directo: condenamos que un candidato a la Presidencia de la República recurra a ataques personales y a descalificaciones infundadas.

Es preocupante, enfatiza, que alguien que aspira a ser presidente de México denoste a quienes no comparten sus ideas.

No es denigrando ni calumniando como se establece y fortalece una relación constructiva y de confianza con el sector productivo y empresarial de México.

La confianza se cultiva. No se dicta, ni se obliga, advierte la cúpula de los hombres de negocios que aglutina a poco menos de 20 poderosos hombres de negocios, entre los que están el propio Alejandro Ramírez de Cinépolis; Claudio X. González, de Kimberly-Clark de México; Emilio Azcárraga Jean, de Televisa; Alberto Bailleres, de Industrias Peñoles; Carlos Slim Helú, de Carso Global Telecom; Ricardo Martín Bringas, de Soriana, Blanca Treviño, de Softtek, y Eduardo Tricio, de Grupo Lala, entre otros.

LA VÍCTIMA
Sin embargo, ante la respuesta del CMN, López Obrador no se arredró y volvió a arremeter en su contra.

Dijo que son una minoría rapaz, y se sienten amos de México y acusó que le han hecho mucho daño al país.

Aseveró que el CMN es un grupo (de empresarios) que se opone al cambio en México porque les ha ido muy bien.

Y aseguró que son acomodaticios y han apoyado al que les conviene y se oponen a su proyecto.

López Obrador está utilizando, otra vez, su conocida estrategia del “complot” y la “victimización” que tan buenos resultados le ha dado en sus campañas anteriores.

Lo diferente es que hoy el Consejo Mexicano de Negocios, el Consejo Coordinador Empresarial, encabezado por Juan Pablo Castañón, y la Coparmex con Gustavo de Hoyos y la Concamin que preside Francisco Cervantes salieron a defenderse y a señalar abiertamente que no están de acuerdo con sus expresiones ni con sus ideas.

Atisbos
CONCESIONES. Ayer mismo López Obrador fue invitado en la semana de la Radio y la Televisión que organiza la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT) que preside Edgar Pereda.

Obviamente en el escenario, tal como lo hizo con los banqueros a quienes les prometió que no les expropiará cuando sea presidente de México, a los empresarios de la radio y la televisión les ofreció que no les quitará sus concesiones.

Ahí repitió lo que ya ha dicho muchas veces. Que revisará los contratos celebrados hasta ahora con la reforma energética; que se opone a la continuación de la construcción del nuevo aeropuerto; que es una obra muy cara y con mucha corrupción y que la alternativa es construir un aeropuerto más barato en Santa Lucía.

Es probable que López Obrador le esté apostando al voto duro de su base militante. Lo que tal vez no está viendo es la intensa preocupación que está generando entre los empresarios que generan la riqueza.